Todos los detalles han sido cuidados al máximo, por lo que recibes es un producto de una factura espectacular. Así que el pabellón de los Thunder se llenó de cupcakes, en forma de carteles, camisetas (algunas recicladas de Durant con el equipo de Oklahoma, con el nombre tachado y en su lugar la palabra Cupcake), cánticos hacia el jugador durante los tiros libres, e incluso una niña disfrazada toda ella de cupcake gigante.